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PELIGRO EN ADULTOS Y NIÑOS
El mayor problema que genera esta plaga es cuando entra en contacto con nuestra piel, ojos o boca. Cualquier contacto con la oruga de esta plaga o sus desprendimientos, puede causar síntomas como: urticaria, un picor extremo, erupciones en la piel e incluso la aparición de ronchas rojizas. Por un lado, este contacto puede darse cuando los gusanos aún están en el pino y desprenden pelos negros que pueden afectarnos si pasamos por debajo de un nido. Y, por otro lado, el contacto puede darse cuando las orugas de la procesionaria están en el suelo trasladándose, y los tocamos o pisamos por descuido.
PELIGRO EN LAS MASCOTAS
Las mascotas son las más afectadas por la procesionaria, ya que no podemos advertir a los animales de este peligro. Es por ello que, cuando la procesionaria baja del pino, es muy probable que las mascotas entren en contacto con ella. El contacto de las mascotas con esta plaga causa efectos similares a los humanos: hinchazones, irritaciones o picores. Si se observan estos síntomas, lo más recomendable es visitar un veterinario y no tocar las zonas afectadas. Para mantener sus pinos sanos y libres de esta plaga, desde Totpalmers recomendamos contar con el asesoramiento de un experto que pueda escoger el tratamiento procesionaria adecuado y llevarlo a cabo de la forma más eficaz y definitiva.
DESCRIPCIÓN
Seiridium cardinale es un hongo causante de una grave enfermedad conocida como el chancro del ciprés, que afecta a diversas especies de la familia de las Cupresáceas.
Las especies más sensibles son Cupressus macrocarpa y C.sempervirens, y, en menor medida, C.arizonica. En algunos casos también se ha detectado sobre Thuja, Juniperus y Chamaecyparis, entre otros géneros.
En la actualidad, en Europa, este hongo es el principal agente devastador de cipreses, causando importantes daños económicos en los viveros cuya planta va destinada principalmente a formar setos en jardines, parques y bordes de carreteras.
La fuerte expansión de la enfermedad viene favorecida por la amplia distribución del cultivo de C.macrocarpa, muy adaptable a diferentes hábitats, y por sus actuales métodos de poda.
DAÑOS
La enfermedad provocada por Seiridium cardinale se inicia en el punto de la corteza por donde ha penetrado el hongo.
Este hecho produce un cambio de color en el cambium, que va adquiriendo un tono pardo-rojizo.
Esto sucede normalmente en primavera o verano, por tener entonces lugar las condiciones climáticas necesarias para la germinación de los conidios y coincidir con el rápido crecimiento del árbol.
En la corteza aparece un área necrótica que se va ampliando hasta la rotura longitudinal de la corteza.
De esta manera, se forma un chancro lentiforme que produce un exudado resinoso, fácilmente detectable para el diagnóstico de la enfermedad.
En estas necrosis se pueden obtener las fructificaciones del hongo en forma de pequeñas pústulas negras para su análisis en laboratorio.
Los chancros van creciendo y provocan el anillamienlo de ramillas o ramas, cuyas hojas adquieren una coloración amarillenta que va tornando a tonos rojizos, hasta la defoliación y muerte del ciprés.
El número de chancros varía con la edad, el vigor del árbol y con la existencia de situaciones de debilitamiento causado habitualmente por un déficit hídrico o por una poda severa.
En árboles jóvenes, la gravedad de los daños es mayor, ocasionando rápidamente el anillamiento del tallo y la consecuente muerte del ejemplar.
Se distingue el daño ocasionado por unos u otros, ya que los adultos agujerean las hojas mientras que las larvas devoran con gran rapidez el parénquima verde, respetando la epidermis del haz, es decir, no agujerean la hoja pero la dejan de un color marrón semitransparente.
A causa de esto, a mediados de verano, los olmos pueden quedar altamente defoliados o mermados de follaje, disminuyendo así el vigor a causa de la reducción de su capacidad fotosintética.
Si las defoliaciones se repiten año tras año, el árbol queda muy debilitado y susceptible a los ataques de otros patógenos, como los perforadores Scolytus.
Estos escolítidos son transmisores de un hongo (Ceratocystis novo-ulmi), muy mortífero para los olmos; esta enfermedad es conocida como la grafiosis del olmo.
Otro gran inconveniente es que ante ataques de plaga importantes, las larvas del último estadio pueden desplazarse en grandes grupos hacia jardines, edificios, tiendas de campaña, vehículos, con el fin de realizar las últimas mudas, ocasionando molestias a los usuarios y ciudadanos, y creando alarma social, los adultos, antes y después de la hibernación, también pueden realizar concentraciones masivas.
Los daños se concentran en primavera y verano.
Pueden ocasionar daños de forma directa cuando se alimentan de la savia del floema clavando el estilete en los brotes (sobre todo en los más tiernos), provocando alteraciones en el crecimiento, debilitamiento de la planta, enrollamiento de las hojas y, en ataques muy severos, pueden producir hasta la seca de hojas de brotes, tallos o toda la planta.
Indirectamente pueden ocasionar otros daños, como la inyección de sustancias tóxicas (inductoras de malformaciones, agallas y tumores), transmisión de enfermedades fitopatógenas, actuando como vectores, o bien favorecer el ataque de otros patógenos, debido al debilitamiento ocasionado a la planta.
Otro gran problema asociado es la secreción de melaza , sustancia pegajosa que favorece la aparición de los hongos del tipo negrilla, Cladosporium, provocando la reducción de la fotosíntesis e importantes daños estéticos.
Además, la melaza excretada ocasiona severos problemas en el ámbito ornamental, dejando el mobiliario urbano, coches, pavimentación, etc. que se encuentren debajo de la copa del árbol afectado, pegajoso o impracticable, y también provocando la aparición de hormigas que aprovechan la melaza y están cerca de los pulgones para limpiarlos y protegerlos.
El Cinara cupressi es uno de los pulgones a tener más en cuenta; ataca a las especies de Cupressus y les provoca graves lesiones que impiden que la savia llegue a los extremos de los ramillos.
Le provoca un estrés que deja el árbol muy debilitado y facilita la entrada de hongos vasculares mortales, como el Seridium cardinale.
Por lo tanto, se tienen que tratar estos árboles al principio de la infestación del pulgón.
Los daños son ocasionados por las ninfas que salen por debajo del caparazón y, a diferencia del Kermes, colonizan partes del tronco y ramas principales, alimentándose de la savia mediante unas piezas bucales chupadoras.
Estos insectos agravan la debilidad de los árboles y los hacen más propensos a padecer otros ataques de nuevos patógenos.
Junto con los pulgones, se trata de la plaga más frecuente en jardinería.
Se alimentan clavando su estilete chupador sobre hojas, tallos y frutos, donde se alimentan de la savia. Según las especies, son móviles o inmóviles durante el ciclo, y pueden tener más de una generación al año.
Existen algunos géneros conocidos como cochinillas algodonosas, debido a sus secreciones de color blanco y por una textura que recuerda a la del algodón.
ABONO EN ARBOLES FRUTALES
Una característica que distingue a las plantas frutales es la amplia demanda que requiere de alimentos para poder crecer y brindar frutos.
En un primer momento, el de la plantación, deberemos proveer un abonado de fondo, para luego continuar con lo que se conoce como abonado de mantenimiento, el cual deberá realizarse de manera anual.
En cuanto a los métodos de suministración, generalmente se efectúa el abono orgánico para frutales durante los meses invernales, mientras que unas dos o tres veces al año deberá llevarse a cabo el abonado en gránulos.
Así proveeremos a nuestro cultivo de elementos tan indispensables como el fósforo, el potasio y el nitrógeno.
Adicionalmente, podrá realizarse la fertilización a través del propio proceso de riego.
El tratamiento químico es el sistema de control más eficaz de la competencia de la hierba en el primer momento de la plantación.
Es la mejor garantía para el éxito de una plantación o repoblación.
Algunas recomendaciones básicas a la hora de utilizar herbicidas son:
El control químico de la hierba se debe hacer antes de plantar, esté preparado o no el terreno, y también una vez hecha la plantación en la siguiente época de actividad de la vegetación competidora.
Normalmente, los herbicidas más efectivos son los sistémicos y de contacto, que matan todo lo que esté verde, tanto la vegetación competidora que queremos eliminar.
Por eso se recomienda el tratamiento químico antes de plantar, ya que tiene como ventaja que la aplicación es más fácil y barata porque no hay que preocuparse por las plantas allí colocadas.
Además, aunque se aplique el herbicida después de plantar, el efecto negativo de la competencia ya se habrá iniciado.
Herbicida recomendado
Aunque no todos los tipos de maleza responden de igual manera al tratamiento, la hierba, el tojo y el helecho son controlados eficazmente por el Glifosato al 36 % de concentración.
También permite obtener resultados positivos cuando se trata de eliminar zarzas o incluso brotes de eucalipto esporádicos.
El Glifosato es un herbicida sistémico que actúa por traslocación, es decir, que después de que el producto toca una parte verde de la planta (como por ejemplo las hojas), es transportado a la raíz de las malas hierbas causando su muerte total e impidiendo su rebrote.
Época de aplicación de los herbicidas
Los mejores momentos para controlar la hierba con herbicida son:
Protegemos los arboles y plantas
Si aplicamos un tratamiento de herbicida total y sistémico después de plantar, protegemos las plantas de sus efectos. Además se procurará hacer la operación en días calmados, sin viento.
Protegemos las plantas de los fitocidas líquidos empleando un pulverizador con protector de árboles incorporado.
Si hay algo que nos quita el sueño por las noches de verano, es el ruido de un mosquito pasando por nuestra oreja.
Además de resultar incómodo y pegarnos algún que otros sustos, las consecuencias de la picadura de un mosquito van mucho más allá de la aparición de una roncha.
Los mosquitos tienen una habilidad especial para contagiar enfermedades.
De hecho, la mayoría de pandemias surgidas en el mundo pueden ser portadas por estos mosquitos.
Los mosquitos pueden absorber la sangre de una persona y transportarla a otro lugar completamente diferente.
Entre las enfermedades más conocidas transmitidas por estos insectos podemos encontrar ejemplos como la Fiebre amarilla, el Dengue o la Malaria entre otros.
Evitar todos estos riesgos de enfermedades y poder volver a dormir con toda la comodidad que deseas sin tener que escuchar el zumbido de un mosquito pasando por tu oreja es muy fácil.
Existen diferentes métodos para lograr eliminar por completo la plaga de mosquitos que amenaza tu tranquilidad y tu salud.
Podemos utilizar métodos físicos como trampas de luz o métodos químicos como la fumigación con humo para mosquitos.
Sin duda alguna, nuestra recomendación para la mayoría de casos de este tipo es la fumigación con humo para mosquitos.
Descubre todas las ventajas de este modelo de eliminación de plaga de mosquitos y contacta con nosotros para saber más.
Benefíciate de él por mucho menos de lo que te imaginas.
Ponte en contacto con nosotros para saber todos los métodos de control de plagas que tenemos para ofrecerte.
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